20 de marzo de 2010

Felt - Sapphire Mansions


Si la vida fuera una película, me gustaría entrar en escena con el sonido de Sapphire Mansions. Aparecer caminando cándidamente por alguna calle anónima mientras suena la guitarra introductoria. El órgano no es una expresión de nada, simplemente marca el ritmo de los pasos. Ninguna voz narra la historia. La música lleva el movimiento. Y el personaje se esfuma tan pronto termina la calle.

1 comentario:

Tristan Trilce dijo...

¿Cómo carajos habíamos dejado pasar esta entrada sin ningún comentario? O quienes la leyeron son genios que saben que sobre la nada no cabe decir nada, o somos un montón de idiotas que no entendimos que alguien había metido el dedo en la llaga del vacío.