25 de octubre de 2009

Van Morrison - Sweet thing


















En 1979, Lester Bangs escribió una extensa nota sobre "Astral weeks" de Van Morrison. Yo carezco de mejores palabras, así que me limitaré a traducir los dos primeros párrafos:

"Astral weeks de Van Morrison se lanzó diez años, casi exactamente, antes de que esto fuera escrito. Fue muy importante para mí porque el otoño de 1968 fue una temporada terrible. Yo era una ruina física y mental , con los nervios hechos trizas y fantasmas y arañas merodeando mi mente. Mis relaciones sociales se habían reducido casi a nada; la presencia de otras personas me ponía nervioso y paranoico. Pasé interminables días y noches en un sillón en mi cuarto leyendo revistas, viendo televisión, escuchando discos, mirando al espacio. No tenía idea cómo mejorar la situación y, de haberlo sabido, probablemente no hubiera hecho nada.

Astral weeks sería el tema de esta notas -el disco de rock más significativo de mi vida hasta ahora- sin importar cómo me sentía cuando se lanzó. Pero en el estado en el que estaba, asumió el papel de un faro, una luz en las orillas lejanas del pantano; es más, fue la prueba que artísticamente había algo más que expresar aparte de nihilismo y destrucción (mi otro gran disco del día era White light/White heat). Sonaba como si el hombre que hizo Astral weeks sufría un terrible dolor, un dolor que todo el trabajo anterior de Van Morrison apenas había sugerido; pero como en los últimos álbumes de The Velvet Underground, tenía un aire de redención entre su oscuridad, compasión por el sufrimiento de otros, un rayo de belleza y deslumbramiento místico que atravesaba el corazón del álbum".

Termina así su segundo párrafo Lester Bangs. Quisiera compensar la ausencia del resto del texto con un fragmento de Sweet thing. La traducción de letras siempre es difícil, a veces ridícula. Espero no equivocarme demasiado.

y conduciré mi carroza
a través de tus calles y gritaré
"hola, soy yo, soy dinamita
y no sé por qué"
y me tomarás con fuerza
en tus brazos de nuevo
y no recordaré
que sentí dolor
caminaremos y hablaremos
en jardines de niebla húmedos de lluvia
y nunca, nunca, nunca
envejeceré tanto otra vez

18 de octubre de 2009

Fats Domino - Blueberry Hill


















Hay canciones que tienen el encanto de parecer atemporales, de haber nacido en un día sin fecha. Como ejemplos recuerdo a las Gymnopedies de Satie o cierto tema de Love. Por su parte, creo que Blueberry hill suena inevitablemente grabada en los cincuenta: la voz aterciopelada, la respetuosa batería, los vientos que entran y salen con disimulo. Su interpretación casi exige una corbata. Y posiblemente, el matiz sepia del retrato antiguo.

En este aire tan propio de sus días debe radicar la nostalgia que evoca "Blueberry Hill", ahora que han pasado más de cincuenta años desde su grabación. En ese aire a días pasados, creo, está la razón para escucharla hoy día.

11 de octubre de 2009

Dinousaur Jr. - Goin' home


















Tengo una nueva casa. Es un espacio pequeño pero propio, y es una esperanza de rodear sus paredes de libros y discos, así que es bueno. Por lo menos por un tiempo.

Goin' home es el mejor tema que recuerdo sobre un hogar. O por lo menos sobre un viaje al hogar. Quizá lo más extraño sea escuchar la voz ronca, tan débil, de J. Mascis. Es extraño recordar que este tema (absolutamente fantástico) fue grabado en 1993 y que Kurt Cobain (suicidado en 1994) se declaró fanático de Dinosaur Jr. Es extraño porque ahora qué vivo en un lugar nuevo, el coro en falsete de "I'm going home" adquiere un nuevo significado. No deja de sonar melancólico, pero es una melancolía que se parece a mi entusiasmo, a ese entusiasmo que se siente al aterrizar a un lugar nuevo, pequeño, pero propio.

2 de octubre de 2009

Breve historia de la canción breve

Existe poca documentación acerca de las minicanciones, los temas que apenas superan el minuto y medio. La que sigue es una breve historia en cinco momentos memorables de un género injustamente olvidado.

Quizá la banda precursora de la canción breve haya sido The Beatles con su disco "Abbey Road". La cara dos del vinilo de este álbum está integrada por once temas cortos, incompletos y grabados con maestría. En cada uno se perciben semillas que de crecer se habrían convertido en clásicos, pero al dejarlas en ese estado primario, el cuarteto de Liverpool demuestra su respeto por la teoría del iceberg de Hemingway. Con las voces como fundamento, Carry that weight es una de las muestras más destacables.

En los setenta, similar fue la aproximación de Neil Young en su tema Till the morning comes. Escúchese cómo desarrolla en pocas notas de piano una melodía sencilla y la única línea "I'm gonna give you 'till the morning comes". Su final es fácil; desvanece el tema al silencio con un fade out, pero sospecho que la melodía sigue resonando en la cabeza del escucha.

The Ramones renegaron contra la idea popular que una minicanción debía ser principalmente acústica. Ellos recordaron que toda buena brevedad es intensa, y así lo demostraron en un ruidoso disco debut que no superó los treinta minutos. Now I wanna sniff some glue da testimonio y alarga su sombra por los ochenta.

Ya en los noventa, con Mr. Zebra, Tori Amos vuelve a las melodías sencillas, casi pueriles, y al piano juguetón que recuerda al de Neil Young. Su aporte, me parece, no es formal sino estético.

En el 2007, The Apples in Stereo se aprovechan del vocoder con el tema Joanie don't worry. Su simpleza musical y el predominio de la voz parecen un regreso al tema citado de The Beatles "Carry that weight". Toda historia es circular y todos los temas breves hacen parte de una misma canción, una mucho más extensa que se toca siempre en alguna parte.