
"Astral weeks de Van Morrison se lanzó diez años, casi exactamente, antes de que esto fuera escrito. Fue muy importante para mí porque el otoño de 1968 fue una temporada terrible. Yo era una ruina física y mental , con los nervios hechos trizas y fantasmas y arañas merodeando mi mente. Mis relaciones sociales se habían reducido casi a nada; la presencia de otras personas me ponía nervioso y paranoico. Pasé interminables días y noches en un sillón en mi cuarto leyendo revistas, viendo televisión, escuchando discos, mirando al espacio. No tenía idea cómo mejorar la situación y, de haberlo sabido, probablemente no hubiera hecho nada.
Astral weeks sería el tema de esta notas -el disco de rock más significativo de mi vida hasta ahora- sin importar cómo me sentía cuando se lanzó. Pero en el estado en el que estaba, asumió el papel de un faro, una luz en las orillas lejanas del pantano; es más, fue la prueba que artísticamente había algo más que expresar aparte de nihilismo y destrucción (mi otro gran disco del día era White light/White heat). Sonaba como si el hombre que hizo Astral weeks sufría un terrible dolor, un dolor que todo el trabajo anterior de Van Morrison apenas había sugerido; pero como en los últimos álbumes de The Velvet Underground, tenía un aire de redención entre su oscuridad, compasión por el sufrimiento de otros, un rayo de belleza y deslumbramiento místico que atravesaba el corazón del álbum".
Termina así su segundo párrafo Lester Bangs. Quisiera compensar la ausencia del resto del texto con un fragmento de Sweet thing. La traducción de letras siempre es difícil, a veces ridícula. Espero no equivocarme demasiado.
y conduciré mi carroza
a través de tus calles y gritaré
"hola, soy yo, soy dinamita
y no sé por qué"
y me tomarás con fuerza
en tus brazos de nuevo
y no recordaré
que sentí dolor
caminaremos y hablaremos
en jardines de niebla húmedos de lluvia
y nunca, nunca, nunca
envejeceré tanto otra vez